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Todo salió a la luz cuando un vecino se compró un monitor de bebés para poder ver en la televisión lo que hacía su hijo recién nacido. El aparato era de la misma marca que el usado por la familia Mauerova para ver lo que pasaba en el cuarto de torturas, y la tele del vecino conectó con este cuarto. La policía registró la casa el 10 de mayo de 2007. Las hermanas se negaron a abrir la puerta de la habitación de torturas y tuvieron que entrar los bomberos.
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Se cree que las mujeres pertenecen a una facción escindida del grupo religioso Grail Movement (Movimiento del Santo Grial). Este movimiento se basa en escritos realizados entre 1923 y 1938 por el alemán Oskar Ernst Bernhardt, recogidos en el "Mensaje del Santo Grial", en los que, aparentemente, dice que el hombre puede llegar al cielo haciendo cosas buenas en la tierra. Pero, al parecer, las mujeres aportaron sus propias interpretaciones a la filosofía de Bernhardt. En la web del grupo religioso sostienen que las mujeres están relacionadas con una facción escindida liderada por Joseph Skria que fue expulsado del movimiento en 1996.
Pero este no es el único ex miembro del Movimiento del Santo Grial de la República Checa que se trastorna. En mayo, la policía detuvo en Brno a otro ex miembro del grupo por esclavizar y torturar a cinco ancianas. Jirí Adam, de 77 años, se convirtió en el líder espiritual y su mujer en la reina de un pequeño grupo al que pertenecían las cinco ancianas que empezaron dándole el dinero de las pensiones y pasaron a poner todas sus propiedades a su nombre en el año 2000. Las mujeres trabajaban como albañiles en una lujosa casa de tres plantas, propiedad del detenido, y haciendo caminos para tractores en unos viñedos. Además, las ancianas estaban desnutridas porque, al parecer, el líder no les proporcionaba comida suficiente. De todas formas, parece que el ayuno y el trabajo físico no les iban mal del todo porque algunas llevaban veinte años viviendo con el anciano y su mujer.
La policía descubrió el caso cuando una de las mujeres se negó a seguir obedeciendo las órdenes del líder espiritual, y la ingresó en un hospital psiquiátrico donde le contó a los médicos lo sucedido. Al parecer, las ancianas parecían prisioneras de un campo de concentración (o ciclistas al acabar el Tour de Francia).
El detenido explicó que se trataba simplemente de un grupo de personas que vivían juntas para reducir costes. En los años 70 se le diagnosticó esquizofrenia paranoide.
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