sábado, 30 de abril de 2011

NIÑO ASESINO

Mejor conocido como "El Petiso orejudo", nació en Buenos Aires el 31 de Octubre de 1896, hijo de inmigrantes calabreses, Fiore Godino y Lucía Ruffo, y tenía siete hermanos. Su padre era un alcohólico golpeador, enfermo de sífilis.

Entre los cinco y diez años Cayetano concurrió a varios establecimientos educativos, de donde siempre era expulsado. Prefería vagar por las calles que asistir al colegio.



El Inicio de los Crímenes

El 28 de Septiembre de 1904, con tan solo 7 años de edad, a base de engaños, llevó a Miguel Paoli de 21 meses de edad, a un terreno baldío, donde lo golpeó y lo arrojó sobre un montón de espinas, fueron encontrados por un vigilante y llevados a la comisaría donde fueron recogidos por sus respectivas madres.

En 1905, llevó a su vecina Ana Neri, de 18 meses de edad a un terreno baldío, donde la colocó en el suelo y comenzó a golpearle la cabeza con una piedra. Igual que la vez anterior, fue descubierto y detenido, pero lo liberaron esa misma noche.

Por esa época, se hizo amigo de Alfredo Tersi, casi de la misma edad, quien le enseño a robar relojes a los albañiles y luego venderlos en la calle Libertad.

En un día de Marzo de 1906, llevó a una niña de 18 meses de edad a un terreno baldío, donde intentó estrangularla y luego la enterró viva en una zanja y la cubrió de latas. De este suceso nadie se enteró.

Se dice que Cayetano pasaba su tiempo torturando animalitos, hasta que su padre encontró un pajarito muerto en su bota y una caja llena de estos bajo su cama. Lo denunció a la policía y el 5 de Abril de 1906, Cayetano fue recluido en la Alcaldía Segunda División por poco más de 2 meses.

El 17 de Enero de 1912, Cayetano se introdujo en el corralón de Corrientes y Pueyrredón, tomó los libros de contabilidad y les acercó un fósforo encendido, provocando un voraz incendio que los Bomberos tardaron 4 horas en apagar.

El 9 de Septiembre de 1908, Cayetano tomó a Severino González Caló, de 22 meses de edad y lo llevó hasta un jagüel de animales que estaba frente al Colegio del Sagrado Corazón. Tiró al niño al jagüel y lo cubrió con una tabla con el objetivo de ahogarlo. Cayetano fue descubierto por el dueño del corralón y un peón, y fue llevado a la comisaría donde fue recogido al día siguiente. El 15 de Septiembre trató de quemar en los párpados con un cigarrillo Julio Botte de 20 meses, que se encontraba sentado en la puerta de su casa.

El 6 de diciembre los padres volvieron a llevarlo a la comisaría, pero esta vez permaneció encerrado tres años en la Colonia de Menores de Marcos Paz, aprendió a leer y escribir rústicamente. Lejos de regenerarlo, Marcos Paz preparó a un asesino en potencia que entregó a la sociedad. A petición de sus padres fue liberado el 23 de diciembre de 1911.

Año de 1912

El 26 de Enero de 1912, el menor Arturo Laurora de 13 años de edad, fue encontrado muerto en una casa desocupada en la calle Pavón. La casa se encontraba disponible para alquilar y dos personas que la visitaban encontraron el cuerpo en una pequeña sala contigua a la cocina. El cuerpo se hallaba en posición de cubito dorsal, con las piernas extendidas y entreabiertas, el brazo izquierdo extendido, formando un ángulo de 90 grados con el cuerpo y el brazo derecho flexionado. Solamente llevaba una camisa con manchas de sangre. Sobre el piso, tirados, se hallaron un pantalón azul, una correa con hebilla y unos zapatos de hule. Alrededor del cuello un piolín atado a un cordel. El joven había desaparecido de su casa el día anterior. Todas las pistas llevaban a una supuesta banda implicada en el delito de corrupción de menores, sin embargo el caso quedó impune.

Después de salir de Marcos Paz, Cayetano fue a vivir con su familia y sus padres le encontraron empleo en una fábrica, pero sólo trabajó por 3 meses. A partir de entonces y cada vez que se encontrada desempleado, Cayetano vagaba por la ciudad y frecuentaba gente y lugares de bajísimos niveles morales. Todos los días llegaba muy tarde a su casa y dormía hasta la hora del almuerzo. Ya en el barrio se le conocía como el "Petiso Orejudo".

El 7 de Marzo, incendió el vestido de Reyna Vainicoff, de 5 años de edad, quien murió días después en el Hospital de Niños. En julio de ese año, Cayetano incendió un aserradero que había en la calle San Juan y Artes y Oficios y un corralón de polvo de ladrillo existente en la calle Garay. En ambos caso el fuego fue controlado rápidamente y no hubo consecuencias graves.

El 24 de Septiembre, mientras trabajaba como conchabo en el corralón de Paulino Gómez, el Petiso asesinó de 3 puñaladas a una yegua, pero no fue detenido por falta de pruebas. Algunos días después, incendió la Estación Vail de la compañía de tranvías Anglo-Argentina, incendio que fue apagado por los bomberos.

El 8 de Noviembre, Cayetano encontró a Roberto Russo de 2 años, en la puerta de su domicilio y se lo llevó con la promesa de comprarle dulces. Lo llevó a un alfalfar en la calle Quintino Bocayuba, lo tendió en el piso y le ató el cuello con 2 vueltas de piolín y los pies con una cinta negra. Fueron descubiertos por un peón y se presentó con un vigilante. Ante la situación, Cayetano dijo que había encontrado al niño y lo estaba salvando. Fue detenido y procesado por tentativa de asesinato, aunque por falta de mérito fue puesto en libertad el 12 de Noviembre.

Cuatro días después, el Petiso tomó a Carmen Ghittoni de la puerta de su casa y la llevó a un baldío, donde luego de ver a un vigilante, decidió entregarla y regresar a su casa. El 20 de Noviembre, raptó a Catalina Neolener de la esquina de Constitución y Múñiz y se dirigía por Directorio hasta que la chica se detuvo frente al zaguán de la casa de Enrique Schmitz, quien luego de escuchar los gritos de la pequeña, salió en su rescate. Cayetano huyó al instante. A fines de Noviembre, el Petiso atacó de nuevo, incendió 2 galpones, los incendios fueron apagados rápidamente y no fue necesario llamar a los bomberos.

La Horrenda muerte de Jesualdo Giordano

El 3 de Diciembre de 1912, el Petiso encontró a Jesualdo jugando fuera de su domicilio, lo alzó y se alejó del lugar. En la esquina ingresó al almacén Barlaro y compró 2 centavos de caramelos de chocolate. Le dio 2 caramelos y caminó hasta Progreso y Catamarca doblando hacia el sur. En su recorrido fue visto por la menos Olimpia Moggia y el canillita Francisco Pelusso. Al llegar al portón de la Quinta Moreno, existente en Catamarca y 15 de Noviembre de 1889. Cayetano ingresó con Jesualdo prometiéndole un nuevo caramelo. Estiró a Jesualdo en el piso y colocando la rodilla derecha sobre el pecho, le rodeó el cuello con un piolín que llevaba en el bolsillo y le dio 13 vueltas, lo anudó y apretó con el objetivo de estrangularlo; pero como el nene quiso levantarse, el Petiso tomó el piolín que usaba para ajustarse los pantalones, lo cortó en 3 partes con un fósforo y con una de las partes ató las piernas del pequeño y luego las dos manos a la altura de sus muñecas. Como el chico seguí con vida, Cayetano le dio varios golpes en la cara y se le ocurrió la escalofriante idea de perforar su cráneo con un clavo. Cuando salió en busca del clavo, se topó con el padre de Jesualdo quien le preguntó por el paradero de su hijo, Cayetano dijo que fuera a la Comisaría, porque él no sabía nada. Esto fue visto por Pelusso y la vecina Antonia de Rici. Cayetano regresó a la Quinta por Brasil y luego de encontrar el clavo, se dirigió a Jesualdo, que ya estaba muerto. Pensando que todavía vivía, el Petiso tomó una piedra y le introdujo el clavo en el costado de la cabeza. Luego cubrió el cuerpecito con una chapa y se dirigió a casa de su hermana. Minutos después, el padre de Jesualdo descubrió el cadáver de su hijo.
Muchos lo admiraron y convirtieron su nombre en sinónimo de lo criminal. Hasta la fecha, “El Petiso Orejudo” ha sido materia de diferentes estudios, biografías y ensayos, sobre todo en Argentina, aunque su celebridad criminal ha trascendido las fronteras de su patria.

Su fama inspiró, además de canciones, ensayos, pinturas, novelas y un cortometraje estudiantil, una película multipremiada: El niño de barro, donde se retoman algunos de los momentos más escalofriantes de la vida del niño asesino de Argentina.

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